Nuestro trabajo pretende ensayar reflexiones que dan cuenta del entramado de decisiones tecnopedagógicas a la hora de diseñar propuestas formativas en Educación Superior en escenarios emergentes, dinámicos y desafiantes, como los que se precipitaron a partir de la situación de Pandemia y que reconfiguraron la escena en la actualidad. Advertimos con énfasis, cómo dichas decisiones se hallan atravesadas -y a veces condicionadas- por dimensiones políticas, éticas y metodológicas, en el marco de la educación gratuita, popular, de calidad y desde la perspectiva en derechos. En su desarrollo delineamos las tensiones entre las subjetividades y la pugna por romper con las prácticas hegemónicas y hegemonizantes, enmarcadas en la misión reparadora de la educación popular como horizonte emancipador. Allí describimos el insoslayable impacto en la práctica docente, las reconfiguraciones en el plano simbólico e instrumental y el desafío institucional de generar espacios de formación accesibles para todas y todos en términos simbólicos e instrumentales. Resignificamos las lecciones aprendidas en el contexto de Pandemia considerando cómo el propio corpus normativo fue recuperando las nuevas perspectivas y emergentes, a partir del carácter polisémico que ha adquirido la idea de presencialidad y las consecuentes redefiniciones. Revisitamos las prácticas dotándolas de nuevos significados en un modelo pedagógico en construcción permanente en el marco de la multimodalidad -término que se adquirió como superador de la mera hibridación de entornos-, conjugando entornos (presenciales y virtuales), estrategias y recursos adaptados a las características institucionales y requerimientos disciplinares específicos.